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ErosiMARTES 03 DE DICIEMBRE 2024, 21:00h
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Ya se han cumplido los cuarenta y cinco años desde aquel 18 de julio de 1978, donde dos veinteañeros de El Entrego (Asturias), Jesús Pedro Suárez y Manolo Blanco Peñayos, presentaban en el Cine Sindical de su pueblo Asturies, ayeri y güei, su primer disco como Nuberu. Antes de eso, ambos habían coincidido dentro de las filas del colectivo cultural Camaretá, surgido a mediados de los setenta en la cuenca minera del Nalón como forma de aunar inquietudes sociales, culturales, políticas y lingüísticas. Formando parte de Camaretá, Manolo y Chus Pedro se subieron a los escenarios de la izquierda cultural asturiana como la carbayera de los Maizales de Gijón y tomaron parte en la plataforma de artistas del Partido Comunista de España, en cuya tradicional fiesta de la Casa del Campo de Madrid actuaron ya en 1977. Es en el transcurso de uno de esos encuentros habituales, en los que la voz de Chus Pedro y la guitarra de Manolo reinterpretaban con nuevos aires temas de la tradición asturiana, cuando el cantautor asturiano Víctor Manuel les propone grabar un disco, ya con nombre propio y diferenciado. Nace así Nuberu y surge de esa forma Asturies, ayeri y güei (1978), una grabación histórica que supone un canto a la solidaridad y al mundo del trabajo y pone el fondo musical a la transición política asturiana, incluyendo ya entonces como un instrumento más la gaita de Manolo Quirós, y convirtiendo al grupo en un referente inexcusable de la cultura del momento. Tras la presentación del disco en El Entrego y en el Teatro Campoamor de Oviedo, Nuberu ofrece decenas de conciertos en los que temas como Dame tira, Aida Lafuente o Lliberar l´amor se convierten en auténticos himnos al poner voz a una nueva sensibilidad social, cultural e ideológica en un momento en el que se debatía con singular entusiasmo el papel de Asturias en la nueva España democrática.
El segundo trabajo discográfico de Nuberu, Atiendi Asturies (1980) plantea una reflexión sobre la historia de Asturias y una reivindicación de su identidad como pueblo, que queda bien plasmada en la canción Dios te llibre de Castiella, coreada en los conciertos que Nuberu ofrece desde entonces y hasta el día de hoy. Será sin embargo otro tema del disco, el tradicional So vaqueiru, el que pronto se convierta en un éxito sin precedentes, llegando a encaramarse, con su texto en asturiano, en la lista nacional de los Cuarenta Principales. En el tercer trabajo discográfico, Cancios d´un país (1981), Nuberu se adentra en las raíces tradicionales asturianas para rescatar temas como Per cuatro palos que di, Pastor que tas nel monte o Tengo de rondar to valle, “releídos” desde nuevos tratamientos sonoros y con otros planteamientos estéticos.
Ya formando parte de la historia de la cultura asturiana y pasados los años de una efervescencia irrepetible que acabó para siempre con muchas otras trayectorias nacidas a su fervor, Chus Pedro y Manolo deciden a principios de los ochenta tomarse un tiempo de reflexión para valorar otros caminos musicales y explorar nuevas vías profesionales. En este tiempo bifurcado, de 1983 a 1991, será Chus Pedro quien mantenga el nombre de Nuberu y quien siga ofreciendo conciertos y publique un disco monográfico sobre el mundo de la mina, Mineros (1987).
Para sorpresa de muchos y alivio de sus fieles seguidores, en abril de 1991 Manolo y Chus Pedro vuelven a los escenarios juntos como Nuberu presentando en el Teatro Campoamor de Oviedo las canciones de un nuevo trabajo conjunto, Como tú yes (1991). Es la esperada y exitosa vuelta de un grupo ya histórico en un reencuentro emotivo. El disco resultante –el primero que se graba en directo en Asturias- recoge algunas de las canciones más conocidas de Nuberu, a las que se añaden nuevos temas llamados a ser nuevos clásicos de su repertorio, como el Como tú yes que da título al disco. Dos años más tarde, Nuberu presenta Agua de la fonte clara (1993), una nueva reinvención de la tradición en la que se juntan tonada, gaita, protesta, asturianismo, percusión tradicional y teclados eléctricos. Dos temas de Víctor Manuel, Agua de la fonte clara y Ser asturianu, tienen cabida aquí al lado de otros como Delina o El veleta. Poco después, Nuberu sorprende con El árbol de Navidá (1994), disco que reúne villancicos tradicionales asturianos como Nun hai tal andar con otros de nuevo cuño, como Navidá del 0,7.
Cerrado en 1994 el capítulo de creación discográfica, la popularidad de Nuberu sigue en inusitado crecimiento con el cambio de siglo. Reconocimientos como el que le ofrece la Academia de la Llingua Asturiana, exitosas reediciones en cd de sus primeros trabajos, el constante reclamo para conciertos dentro y fuera de Asturias y la participación en trabajos colectivos como el Tributo a Stukas o el Concierto de Asturias, alargan la trayectoria de Nuberu hasta el siglo XXI. El éxito del disco en solitario de Chus Pedro, De ñublu y orpín (2003) servirá también para dar a conocer a un público más amplio la historia previa de Nuberu. Las nuevas generaciones de jóvenes asturianos, muchos de ellos hijos y nietos de los primeros seguidores de los ochenta y no pocos de ellos radicados fuera de Asturias, no han hecho sino incrementar la popularidad y el significado de Nuberu como hilo de conexión con unas señas de identidad propias y una memoria histórica que cobran mayor valor en un momento histórico como el que vivimos.
En 2008, treinta años después de la grabación de su primer disco, Nuberu se despidió de los escenarios. Así lo anunciaron en octubre de 2007 en Cangas de Onís, en el transcurso de la edición del Xaréu d´Ochobre dedicada a ofrecerle al grupo un homenaje institucional y un tributo musical por parte de artistas asturianos que versionaron canciones de Nuberu. A raíz de ese Tributu a Nuberu de Cangues –acción surgida desde la iniciativa de unos seguidores, a la que se fueron sumando artistas, músicos e instituciones- y ante el anuncio de la retirada, una serie de incondicionales del grupo, representantes de toda la pluralidad ideológica y cultural de Asturias, crearon una Comisión de actos de despedida y tributo a Nuberu, en torno a la cual se constituyó a su vez una red social de gente con ganas de hacer de 2008 una celebración muy especial.
Y es que se celebraban treinta años de trayectoria artística, un adiós por la puerta grande y, sobre todo, una historia compartida en la que tenían cabida las emociones – el recuerdo y hasta la nostalgia del “tal cómo éramos” y en qué nos hemos convertido-, la reflexión sobre Asturias y la creación cultural -poniendo en valor lo novedoso de una apuesta musical precursora, germen de otras aventuras artísticas y culturales- y, sobre todo, la participación colectiva. Para muchos no fue el cierre de una mera etapa artística, sino el cierre de un ciclo vital de toda una generación. Un momento para la reflexión personal y colectiva, cuando hace treinta años ya de casi todo. Esa participación plural, ese carácter intrínsecamente colectivo de Nuberu fue la marca significativa de los actos de 2008.
El Premio AMAS de la Música Asturiana a toda una carrera 2008, la edición del cd-dvd Tributu a Nuberu, con la colaboración de grupos y artistas asturianos y número 1 de ventas en el verano de 2008 en Asturias; la web colectiva www.nuberudespedida.com, nutrida con los testimonios, las fotos y los vídeos enviados por “nuberiegos” de antes y ahora, recomendada desde El País y premiada como “Mejor web personal de Asturias 2008” por El Comercio; los conciertos multitudinarios, desde la Semana Negra gijonesa a la plaza de la catedral de Oviedo en San Mateo, desde el espacio ARTeria de Santiago de Compostela al Día de Asturias en el parque de La Laguna de El Entrego; la producción de un documental sobre la historia del grupo, en el que participaron decenas de personas, desde críticos musicales a artistas, sindicalistas, escritores y admiradores... los reconocimientos y las acciones de tributo y agradecimiento se sucedieron durante 2008 y siguen en 2009, con más premios y reconocimientos, como la Medalla del Principado de Asturias (2009), que es la distinción más elevada otorgada por esta comunidad autónoma; la distinción de Cofrades de Honor de la Foz de Morcín; la Medalla de Oro de San Martín del Rey Aurelio y la exposición Ya llovió. Treinta años de Nuberu, un recorrido generacional por el compromiso, la creación cultural y musical de los últimos treinta años en Asturias que se expone en el Teatro de El Entrego hasta el 20 de julio de 2009 y que recorrerá a partir de entonces localidades de dentro y fuera de Asturias hasta bien entrado 2010.
Han pasado 16 años desde aquel abandono de las tablas de 2008. Una larga ausencia que ha mantenido en vilo a sus seguidores y a la crítica musical. Pero hoy, en 2024, Nuberu vuelve para quedarse.
Pues si el ciclo vital de toda una generación se fue cerrando, no así el de sus componentes, que sigue activo y respirando historia, cambios culturales, económicos, sociales y tecnológicos. Y con esa visión, ampliada y crítica, nos invita a reflexionar sobre aquella historia y éste presente. Porque “la Historia no rompe”: se estira o se ensancha, se renueva, se adapta y… se transforma.